Sexto día.

6ª Etapa (21/08) Galisteo-Calzada de Bejar.

Datos de la etapa:

Distancia recorrida: 79 km

Tiempo de pedaleo: 5:27 horas

Media: 14,7 Km/h

Salida: 8:00

Llegada: 15:45

Desayunamos en el bar del hostal a base de magdalenas y perrunillas, una especie de torta dulce típica extremeña y nos ponemos en marcha sobre las 8 de la mañana. Damia sale con nosotros pero su bici está ya para poco trote, los cambios no le funcionan demasiado bien y solo puede ir en plato mediano. A los pocos kilómetros se queda atrás, mientras nosotros nos acercamos a Carcaboso, a partir de este pueblo hay dos posibilidades, coger una carretera que bordea el camino pasando por Valdeobispo o seguir el camino, pero nuestra guía no aconseja esto ultimo ya que hay que saltar varios muretes de piedra y con las bicis cargados con las alforjas no es muy recomendable. De manera que cogemos la primera alternativa, se trata de una carretera estrecha y poco transitada pero con buen asfalto, Asfalto que pruebo de primera mano, ya que mi bici tiene la dirección cada vez más dura, hasta el punto que a veces se bloquea y en una de estas me voy al suelo. Al llegar a Venta Quemada, punto en el que regresamos al camino, decidimos parar para arreglar el problema. Soltamos la dirección y comprobamos que está sin nada de grasa y con suciedad y restos de acero que nos hacen sospechar que hay algún rodamiento cascado. Después de limpiar a conciencia el eje y engrasar con aceite liquido que es lo único que llevamos, parece que es problema está solucionado, al menos de momento.

Arco de Caparra (Lusitania)

Arco de Caparra (Lusitania)

Continuamos por el camino y a los pocos kilómetros pasamos por el Arco de Caparra, que es lo único que queda en pie de lo que fue una las ciudades más importantes de la antigua Lusitania. A partir de las ruinas de Caparra el camino se hace estrecho hasta convertirse en una senda que avanza entre arboles.

Restos de Lusitania.

Restos de Lusitania.

Un almuerzo para reponer fuerzas.

Un almuerzo para reponer fuerzas.

Al llegar a Aldeanueva del Camino cogemos otra vez asfalto para subir el puerto de Bejar, pero antes de meternos en faena paramos a almorzar un buen plato de lomo con huevos y patatas. Se va subiendo poco a poco hasta Baños de Montemayor y a partir de aquí nos quedan unos 3 kilómetros de subida más fuerte y ya estamos en Puerto de Bejar. Sin llegar al pueblo se coge un desvío a la izquierda que nos baja por un camino pedregoso de fuerte pendiente, son unos 3 kilómetros de bajada espectacular, donde alcanzamos los 45 km/hora. Así llegamos al puente de la Molina, cruzamos y tras unos kilómetros de terreno llano, llega la última subida de la jornada, la que nos lleva al precioso pueblo de Calzada de Bejar.

Llegamos sobre las tres y media de la tarde y nos alojamos en el albergue Alba-Soraya, regentado por un matrimonio muy majo con dos hijas que dan nombre al albergue.

Según nos cuentan, en el pueblo viven habitualmente unas 45 personas, pero ahora en agosto llegan veraneantes y habrá por lo menos 120, desde luego si se busca tranquilidad no hay un sitio mejor.

El albergue, y la colada.

El albergue, y la colada.

El albergue está muy bien y aprovechamos para hacer la colada y limpiar un poco las bicis. Después nos damos un paseo por el pueblo, tarea que no nos lleva más de 10 minutos y acabamos en el único bar del pueblo, donde nos encontramos con los portugueses que acaban de llegar. Por lo que entendemos, están dudando entre quedarse o seguir camino hasta el siguiente pueblo. Una hora después, tras varias cervezas y algunos bocatas de salchichón, no tienen ninguna duda de que se quedan. Ricardo, Cesar y Joao son de Lisboa y según nos cuentan habitualmente hacen rutas en bici de montaña, han hecho el camino de Santiago por la ruta francesa , por el camino del norte y diferentes caminos por Portugal. Para ellos el más bonito es el camino del norte, justo el que nos falta a nosotros.

Nos preguntamos donde andará Damia, ya es tarde y pensamos que habrá parado en algún pueblo anterior a Calzada. José decide llamarle al móvil y después de hablar con el nos cuenta que al final ha abandonado, entre los problemas con la bici y los suyos propios su aventura había terminado, por lo visto en Plasencia cogió un autobús y ya estaba en Madrid buscando transporte para llegar a casa.

De vuelta al albergue, la señora nos está preparando la cena, macarrones con tomate y tortilla de patata con ensalada. Nos juntamos en la mesa una pareja de peregrinos alemanes, los portugueses y nosotros, la verdad es que se agradece un poco de comida casera después de tantos días comiendo y cenando en bares y restaurantes. Después del postre preguntamos si nos pueden servir alguna copa, pero nos responde que tras una mala experiencia con un peregrino ingles que se paso de la raya, decidieron dejar de servir alcohol en el albergue, de manera que no nos queda otra que volver al bar para tomar un orujito de hierbas como está “mandao”. Joao, el portugués que más habla, se viene con nosotros, de camino al bar nos enteramos que esa noche proyectan una peli en la plaza del pueblo, es curioso ver como la gente se va acercando a la plaza con la silla de casa en la mano.

Septimo día.

7ª Etapa (22/08) Calzada de Bejar-Salamanca.

Datos de la etapa:

Distancia recorrida: 74,5 km

Tiempo de pedaleo: 5:20 horas

Media: 13,8 Km/h

Salida: 7:30

Llegada: 14:30

Esta noche no nos a hecho falta aire acondicionado, el fresco de la sierra se nota y hasta me he despertado arropado con el saco de dormir. Nos levantamos a las 7 y salimos sin desayunar. La mañana es fresquita y se agradecen los manguitos, después de unos primeros kilómetros bastante llanos nos encontramos con una subida bastante dura o por lo menos así se nos hace, quizás el estomago vacío tenga algo que ver. Teníamos intención de desayunar en el primer pueblo en el que encontráramos algo abierto, pero es temprano y no encontramos nada hasta Fuenteroble de Salvatierra. Este pueblo es bastante conocido en la ruta por su párroco, el padre Blas Rodriguez, ferviente impulsor de la Vía de la Plata.

Un rico desayuno.

Un rico desayuno.

Desayunamos en una pequeña tienda de alimentación, donde amablemente nos calientan unos tazones de colacao y nos despejan unas mesas en la trastienda para que comamos tranquilos. Nos cuenta la señora que ayer mismo llegaron de un viaje con el padre Blas, en el que han peregrinado durante 12 días por las cercanías de Roma. Volvemos a coincidir con los portugueses, que han visto nuestras bicis aparcadas fuera de la tienda y han parado a comprar pan y embutido para prepararse unos bocatas. La verdad es que la idea nos tienta y al final nosotros también compramos algo para almorzar más adelante.

Si miramos el perfil prácticamente solo nos queda una dificultad montañosa reseñable hasta Astorga, y es justamente el punto más alto por donde trascurre la Vía, se trata del Pico de la Dueña y nada más salir de Fuenteroble se empieza a ascender. Primero el camino es bastante ancho y aunque va cogiendo pendiente, se rueda cómodo. El carril va atravesando dehesas y zonas abiertas en dirección norte durante casi 10 km, el camino se va estrechando y pasamos por una zona con numerosas cruces. En este punto creo que nos desviamos de la ruta, por que enseguida empezamos a bajar hacia una zona de encinas entre fincas ganaderas y no vimos ninguna indicación del Pico. Para cuando nos quisimos dar cuenta estábamos ya en Pedrosillo de los Aires, localidad que en nuestro mapa aparece a varios kilómetros al este de la ruta.

Después de desayunar almorzar.

Después de desayunar almorzar.

Aprovechamos la coyuntura para parar a almorzar los bocatas que teníamos reservados a la sombra de unos arboles.

Con el estomago lleno, decidimos rodar por carretera hasta Monterrubio y Morille, y enlazar con el camino un poco más adelante. A partir de aquí y aunque nos quedan cerca de 20 km para llegar a Salamanca, ya se puede distinguir la ciudad a lo lejos, y es que el terreno es prácticamente llano.

El puente sobre el río Tormes.

El puente sobre el río Tormes.

Nos acercamos a Salamanca por el oeste, cruzamos el río Tormes por un puente romano y desde aquí se pueden ver las catedrales, en primer plano la nueva y al fondo la vieja, nos dirigimos al centro de la ciudad, subimos por una calle peatonal de fuerte pendiente y enseguida nos plantamos bajo el pórtico de la catedral nueva. Es sábado y se nota en sus plazas y calles abarrotadas de gente.

La Plaza Mayor.

La Plaza Mayor.

Enfilamos una larga calle peatonal que desemboca en la espectacular Plaza Mayor, en cierta manera me recuerda a la plaza de la Constitución de Donosti, pero eso si, tres vez más grande. Son casi las tres de la tarde y decidimos comer antes de buscar el albergue; hace calor, pero los 34 ºC que marcan los termómetros no nos parecen gran cosa comparados con lo que hemos pasado días atrás.

Hay tres albergues en la cuidad y elegimos el municipal, junto al huerto de Calixto y Melibea. Es un edificio de gruesos muros de piedra y detalles de madera en su interior, es fresco y está bien conservado, además tiene una pequeña cocina y comedor y como pago solo piden la voluntad. Hoy también coincidimos con los tres portugueses en al albergue.

Salamanca, ciudad Patrimonio de la Humanidad, bien merece unos paseos por sus catedrales y sus numerosas iglesias, su Universidad, la más antigua de España y su magnifica Plaza Mayor. Para romper con el aire monumental de la tarde, acabamos cenando en un McDonalds, y es que un poco de comida basura de vez en cuando tampoco está mal.

Octavo día.

8ª Etapa (23/08) Salamanca-Granja de Moreruela.

Datos de la etapa:

Distancia recorrida: 111 km

Tiempo de pedaleo: 5:55 horas

Media: 18,7 Km/h

Salida: 7:30

Llegada: 16:45

Son las seis y media y me despierto entre cánticos gregorianos, es la manera que tienen en el albergue de levantar a los peregrinos. Miro el reloj y me doy media vuelta, entre ensoñaciones y cánticos dormito hasta que el despertador del reloj de José nos indica que hay que ponerse en marcha. Los portugueses nos llevan delantera, ya están desayunados y se preparar para salir. Nosotros para variar salimos sin desayunar sobre las 7 y media, a estas horas no nos queda otra que picar algo en una gasolinera a la salida de la ciudad.

La cruz roja para socorrernos.

La cruz roja para socorrernos.

Durante la primera parte de la etapa el camino transita paralelo a la N-630, por lo que al final nos decidimos a circular por la carretera. Hoy haremos 110 km y todo lo que hagamos por carretera lo agradecerán nuestras piernas y sobre todo nuestras maltrechas posaderas.

Pasamos por el Cubo de la tierra del vino y a partir de aquí volvemos al camino, a pesar de su nombre apenas vemos viñedos por la zona. Avanzamos por un camino paralelo a la vía del tren, es una zona que en época de lluvias debe ser complicada por el barro, pero en nuestro caso, con sol y 35 ºC no es ese precisamente el problema.

A falta de 20 kilómetros para llegar a Zamora ya se empieza a apreciar su silueta, avanzamos rápido por terreno descendente y antes del mediodía ya estamos en Zamora, cruzamos el Duero por un puente medieval y nos acercamos a visitar su casco histórico. Es demasiado pronto para parar a comer, así que decidimos tomar unas cervezas y seguir pedaleando hasta las 14:00. Hoy es domingo y hay Formula 1 y queremos aprovechar la parada de la comida para verlo.

Justo al parar a tomar algo, Julio se da cuenta de que acaba de pinchar, estamos en zona de marcha y los cristales de los vasos rotos la noche anterior nos hacen una faena. Después de arreglar el pinchazo y tomar las cervezas, salimos de Zamora por la N-630. A unos 8 kilómetros pasamos por Roales del Pan, justo a la salida del pueblo hay una piscina municipal con restaurante, son las 2 y estamos a tiempo de ver la carrera. Una hora más tarde, con el estomago arreglado y con Alonso fuera de carrera decidimos seguir marcha. El calor aprieta y tenemos que darle caña si queremos llegar hasta Granja de Moreruela, de modo que cogemos carretera aunque Antonio ponga mala cara. El viento a favor y las ganas de llegar nos hacen ir rápido y aunque un nuevo pinchazo a pocos kilómetros de Granja nos retrasa la llegada, para antes de las cinco de la tarde ya estamos en nuestro destino.

Es en este pueblo desde donde parte un ramal del Camino hacia Santiago pasando por Sanabria y Ourense, es el llamado Camino Sanabrés. Nosotros sin embargo seguiremos ruta hacia el norte, continuando la Vía de la Plata en sentido hacia Astorga. Pero eso será mañana.

Nos alojamos en el único albergue del pueblo, está situado a la entrada en el lado derecho de la carretera que atraviesa el pueblo. En un mismo edificio se encuentra el albergue, un bar y un local social.

Arreglando los pinchazos...

Arreglando los pinchazos…

Los numerosos pinchazos de los dos últimos días nos han dejado sin cámaras de repuesto, así que después de la ducha nos dedicamos a poner parches y es que aunque solo nos queda un día para llegar a Astorga, ya no nos fiamos. Curiosamente en las seis primeras etapas, donde el camino transitaba más por monte, solo tuvimos un par de pinchazos, pero las dos ultimas etapas, más llanas y con más tramos de asfalto hemos pinchado seis veces.

Después de terminar con las reparaciones nos damos una vuelta por los alrededores. Granja de Moreruela es un pequeño pueblo de apenas 300 habitantes, que como su nombre indica nació como granja del Monasterio de Moreruela, ahora en ruinas y situado a unos 3,5 km del pueblo.

La Granja de Moreruela.

La Granja de Moreruela.

Paseando por su plaza nos encontramos con un abuelete con ganas de hablar que nos cuenta brevemente la historia del pueblo, en la misma plaza queda una casona que conserva el escudo del Cister por ser casa de los monjes, a pocos metros estaban la iglesia primitiva y el antiguo cementerio, ambos según nos cuenta se trasladaron y hoy en día están en la periferia del pueblo.

De vuelta al albergue, ya atardeciendo, pudimos apreciar las columnas de humo procedentes del incendio que estaba afectando a la cercana Sierra de Culebras, cerca del camino Sanabrés en dirección a Tábara.

Cenamos en el bar del albergue, buen precio y comida abundante. Ya se está acabando la aventura y tenemos sentimientos encontrados, por un lado tenemos ganas de acabar y soltar la bici, son muchos días pedaleando y las piernas y sobre todo el culo nos están pidiendo tregua, por otro lado nos queda la pena de acabar esta ruta que nos está encantando y que poco tiene que ver con el camino francés que hicimos hace dos veranos.

Noveno día.

9ª Etapa (24/08) Granja de Moreruela-Astorga.

Datos de la etapa:

Distancia recorrida: 102 km

Tiempo de pedaleo: 5:45 Horas

Media: 17,7 Km/h

Salida: 8:00

Llegada: 15:50

Salimos después de desayunar en el albergue y de volver a cambiar la cámara de la rueda delantera de José, al parecer tenia un pequeño pinchazo y durante la noche se ha desinflado por completo. El camino va prácticamente paralelo a la carretera, el paisaje ha cambiado bastante de ayer a hoy, se nota la cercanía del río Esla y los cultivos de regadío hacen que el paisaje parezca menos seco, los campos de maíz y remolacha nos acompañan durante casi todo el día.

Puente de hierro.

Puente de hierro.

Después de pasar por Barcial del Barco, atravesamos un viejo puente ferroviario sobre el río Esla y aprovechamos para sacar unos fotos antes de seguir camino. Al llegar a Benavente paramos para hacer compras en un súper, bocata de atún y pistachos para almorzar y guardamos otro bocata para más adelante.

En estos últimos kilómetros de la ruta se van alternando tramos de carreteras locales y tramos de camino ancho y de buen firme y siempre bastante llano, por lo que se avanza rápido. Justo en el limite de las provincias de Zamora y León, se atraviesa el río Orbigo por el puente de la Vizana, este no es un puente romano, sino medieval.

Comiéndonos los bocatas.

Comiéndonos los bocatas.

Pasamos por Alija del Infantado, Quintana y a la altura de Villanueva de Jamuz encontramos un merendero al lado del camino que nos viene de perlas como excusa para hacer una parada y sacar los bocatas que teníamos reservados. Después de reponer fuerzas seguimos la marcha, atravesamos la Bañeza sin pararnos, solo nos quedan 25 kilómetros y no queremos parar hasta Astorga. A unos 8 kilómetros dejamos el camino para coger la carretera, que ya no abandonaremos hasta llegar a nuestro destino, cruzamos el río Turienzo y pasamos por Celada. Ya solo nos quedan unos kilómetros, apenas tres, para alcanzar nuestra meta. Astorga nos espera y encima están de fiesta, nos damos cuenta por los banderines que adornan las calles y ya entrados en la parte vieja vemos a las cuadrillas que acaban de terminar de comer.

Lo tenemos claro, hoy no habrá albergue, sino pensión, la noche promete fiesta hasta que el cuerpo aguante.